martes, 29 de abril de 2008

Pasarela (corrección)...

El evento será el jueves 8 de mayo a las 20:00 hrs en la alberca de CU.
(!!!)

Una cita

No se emocionen. Sigo sin salir con nadie. Pero checando textos anteriores encontré esta cita de mi querido Chris Marker de su película Sans Soleil, así que digamos que ésta será mi cita de la semana (de cualquier forma, ¿quién necesita de un hombre para ir a cenar?):

¿Quién ha dicho que el tiempo cura todas las heridas? Sería mejor decir que el tiempo cura todo menos las heridas. Con el tiempo, el dolor de la separación pierde sus límites reales. Con el tiempo, el cuerpo deseado pronto desaparecerá, y si el cuerpo que desea ha dejado ya de existir para el otro, entonces, lo que queda es una herida...sin cuerpo.


domingo, 20 de abril de 2008

Noticias recientes


Cuando eramos niñas Ani y yo jugábamos al las modelos. Asistíamos a una academia en donde tomábamos clases de belleza y de baile, caminábamos por todo el pasillo del cuarto como si fuera pasarela usando las zapatillas de Lucy...
Pues acabo de recibir la noticia de que sí estaré desfilando por una pasarela con el diseño de Liber y Malú inspirado en Helen. Ya les avisaré cuando y a qué hora será el histórico evento en donde, como dijo Cerati, me verán caer.

(Todavía no me la creo).

jueves, 17 de abril de 2008

Acumulaciones 2

El otro Mardonio













Apenas podía distinguir mis pies de los cangrejos sobre la arena. No había luna. No había nadie. Caminé hacia la única luz en el horizonte: la vela derritiéndose sobre la mesa, Pola cantaba "vereda tropical" y un sin fin de mariposas y mosquitos alrededor del fuego creaban siempre las mismas sombras sobre su rostro, como si le siguieran el ritmo. Me quedé mirando el mar como ella. Respirando la humedad de mi última noche en esa playa.
Una figura borrosa se fue acercando en la oscuridad.

-Buenas noches.
-Buenas noches.
Era don Mardonio que venía de pescar.
Lo conocí el día en que llegué y su nombre se me grabó inmediatamente. Era el mismo que el de mi tatarabuelo.

-¿Y usté que tiene? ¿tá triste?
-Ay, pues sí don Mardonio, porque ya mañana me voy.
-Pue' no se vaya.
-¿Y luego qué hago?
-Pue’ se queda...Si la vida es sencilla...tenemo salud, tenemo el mar. ¿Qué más necesitamos pa’ ser felices?

A mi cabeza venía una y otra vez la misma pregunta: si el Mardonio de enfrente tendría algún parecido con aquel que nunca conocí, si aquellas palabras hubieran podido salir también de su boca. Me gustó responderme que sí. Que los dos tenían el mismo rostro y la misma voz.
Pero no sé si el otro Mardonio sabía pescar.

Antes de despedirnos le pedí que me dejara tomarle una fotografía.
-Pa’ qué.
-Pues para que no se me olvide, don Mardonio.
-No, no, no, mejor tómele al mar.

16 de abril

Ayer 16 de abril se cumplió un año de que volví de Alemania. No había notado con que velocidad pasaron estos 365 días. Si hoy los miro para atrás me parecen pocos y, sin embargo, no lo han sido. Cuántas noches rogué para estar en un día como hoy, lejos del día de mi regreso, completamente adaptada y con un pasado tan lejano que ya no latiera más; para saltarme todo el dolor, la nostalgia, el proceso de re-adaptación, mi reconciliación con el DF y conmigo misma.

Ayer encontrábame cruzando la puerta de la Alianza Francesa (Polanco) para asistir a una inauguración de una expo de foto. Entonces miré el cartel que decía: Farenheit fotografía 16 de abril. Y me acordé de muchas cosas. Me acordé de muchas personas y me acordé de un gran sentimiento que fue menguando día con día. Y me acordé de mí misma renuente a tomar un avión que me alejaría de lo que entonces me era tan familiar y ahora lo pienso como un sueño borroso.

Caminé por la sala, no sin antes checar si había por ahí, perdido entre la masa, un frances guapo (negativo). Caminé, caminé, caminé. Recorrí todos los pasillos y finalmente me encontré. Ahí estaba mi foto, ésa de una niña que camina sobre el charco que tomé accidentalmente cuando yo quería fotografiar las gruas de construcción del fondo y que ha tenido tan buena aceptación.

Cuando uno ve sus propias fotos no puede evitar recordarse a uno mismo del otro lado de la cámara. Es como un espejo. Yo con frío, yo en mi bicicleta, yo enamorada, yo extranjera. Nadie más puede verlo. Cuando los demás ven la foto de otro sólo ven eso que está enfrente y todo lo que imaginen a parti de la imagen. O quizá sí logren ver un poco, puede que sea la razon de que esa foto guste a tantas personas: yo me sentía muy bien cuando la tomé. O tal vez no. Tal vez sólo sea que la niña es güera con mejillas rosadas y su cabello brilla con la luz de la tarde como hilitos de oro.

Pues ahí estaba mirándome a mí misma, diciéndome: no importa que hayas invitado a pocas personas, no importa que nadie haya asistido, seguramente como estás completamente sola conocerás a alguien, en cualquier momento conocerás a un hombre apuesto que mre la misma foto que tú e iniciarás una plática que durará hasta la media noche. Y seguí repitiéndomelo: en cualquier momento, en cualquier momento. Di vueltas yo sola varias veces hasta memorizar casi todas las imágenes. Fui por una bebida refrescante y algunas aceitunas. Entré al baño, salí.
Volví a la sala y me quedé quieta en un sólo sitio mientras pensaba en posibles formas de iniciar una conversación con tal o cual persona.
Nada.
No conocí a nadie.
Todos estaban inmersos en sus pláticas con sus propios círculos de amigos.
Todos iban con alguien a dicho evento.
Sólo a mí se me ocurre semejante tontería de asistir en compañía de Eugenia, esperando que me rescatara de mi soledad, sobretodo sabiendo lo aburrida que puede ser.

Así que me vi en la penosa necesidad de salir del lugar sola (no derrotada porque al fin de cuentas mi foto estaba dentro colgada y se veía bien guapa) y cruzar la calle rumbo al Super Siete de la esquina. Me compré un sandwich de esos que ya están listos para comerse y una leche con chocolate y me senté en esas mesitas colocadas para los consumidores de comida rápida, frente a la ventana. Sí, mirando hacia la Alianza. Quería terminar de burlarme de mí misma. Me salió bien. Por alguna razón me ayudó a sentirme mejor. Algo así como cuando Disney se parodió a sí mismo en la película de Encantada, qué otra opción le quedaba.

Para el que le interese la exposición estará hasta casi fin de mayo en la Alianza (Homero y Sócrates). Hay buenas fotos, otras no tanto y, por supuesto, una que debió llevarse el premio de una niña güera cruzando un charco.

sábado, 12 de abril de 2008

La soportable levedad de mi ser

Pensar en Jude Law me llevó -no me explico con qué facilidad, vamos a culpar a E entertainment television- a hacer una lista de los cinco actores más guapos según yo (por supuesto, según quién si no) y aquí están para todos ustedes:

Jude Law
Johnny Depp








Javier Bardem


Adrien Brody







Joaquin Phoenix





Juzguen por ustedes mismos.

Recomendación de la semana

My blueberry nights
(USA, 2007)

La última película de Won Kar Wai, estrenada mundialmente en el anterior festival de Cannes y nacionalmente en el FICCO, ha llegado por fin a las salas comerciales de nuestro país. Noches Púrpura fue la insulsa traducción que pudieron hacer al español del título original en inglés. Así es, por vez primera este maravilloso chino hace una película en grigolandia y aún así ¡¡sigue siendo muy bueno!!
Está bien, hay que admitir que el dramatismo desgarrador que caracteriza a otras películas de Won Kar Wai (Deseando Amar, Happy Together, Ángeles Caídos...) no está tan presente en su nueva creación; pero, para nuestra fortuna, como siempre es una elegancia y delicia visual -lo cual no tiene absolutamente nada que ver con la presencia del actor más guapo sobre la tierra: Jude Law, eso nada más es un plus. Y si a lo anterior le agregamos la frescura de Norah Jones como actriz y el tema de Cat Power como fondo musical, pues no nos queda otra opción más que salir feliz de cine y, en mi caso, corriendo hacia el café más cercano para pedir un pay de mora azul con la esperanza de que mi Jude esté detrás de aquella barra. Snif Snif.
¿Ya mencioné cuán guapo es Jude Law?
Esto está lejos de ser una crítica cinematográfica, quizá más cerca de ser una amable orden:
VAYAN A VER MY BLUEBERRY NIGHTS.
Si antes pensaba que en definitiva Kar Wai sabía hacer películas, ahora me queda absolutamente claro que también sabe cómo negociar con los gringos.
Esos chinos van a conquistar al mundo...lo siento mucho Lamas, pero si el cine de Kar Wai fuera una consecuencia, entre muchas, de la revolución china (que no estoy diciendo que lo sea) jamás asistiría a una manifestación pacífica para apoyar al Tibet. Así son las prioridades.

lunes, 7 de abril de 2008

Modelo por un día

Así que hace unas semanas me llama Liber y me dice que si quiero ser modelo (gran risa por respuesta). Acto seguido ella dice que va en serio, que va a entrar con su amiga Malú a un concurso de moda de la UNAM para su clase de historia del arte contemporáneo, que Angelitos no puede ser modelo porque ya entró a trabajar y como yo ahora tengo tiempo (indefinidamente desempleada-digo yo) pues...
¡Ay ya! dije que sí ¿Porqué no? Tal vez de ahí saldría algún trabajo remunerado, pensé (risas y aplausos).
El vestido: está inspirado en una pieza espantosísima de Helen Escobedo, definitivamente no mi artista favorita, que está en el Paseo de las Esculturas de CU. Según entiendo, los vestidos para el concurso tenían que estar inspirados en el arte contemporáneo (??). A mí me tocó vestir a la Escobedo Yo me pregunto ¿No pudo haber sido a la Kounellis o a la Matt-Clark? éste hubiera sido raro ¿Y qué hay de Bourgeois? ¡Caray, dónde está Beuys cuando se le necesita! Ah sí, muerto... Supongo que con no vestir a la Hirst me puedo dar por bien servida.

Abajo referencia para quien no tenga la dicha de conocer a Helen:


En fin, como iba diciendo, destesto a Helen pero no así el vestido. Es divertido portarlo: la estructura de la falda se mueve para todos lados con mi caminar y el top va enredado como si fuera una gran venda a lo largo de mi torso y eso me favorece ¡es como una faja! Los colores son alegres y me han hecho descubrir que el naranja se me ve muy bien. Libertad me maquilló y me puso muchos brillitos en la cara y hombros (mismos que desaparecen misteriosamente en las fotografías). Las dos chicas me consintieron mucho en la sesión de fotos. Y lo mejor apenas viene. Si pasan con esta foto a la final, yo voy a participar en una pasarla en la que seguramente caeré gracias a mis pisadas casi humanas, como Carrie cayó,o quizá con menos estilo que ella.
Así que pongan &&. Heidi Klum watch out!!!

Ahí van unas fotos. Extrañamente las que salieron mejor fueron éstas, donde no se ve mi carota.
¿qué me habrán querido decir?

sábado, 5 de abril de 2008

Acumulaciones 1


-¿Qué hace?
Me dijo en su idioma.
-Fotografío.
Le respondí desde la otra acera.
-¿Qué cosa?
-Eso.
-¿Pero porqué?
Preguntó sorprendido de mi respuesta, mientras buscaba las llaves de su departamento.
-Para mí es interesante...yo vengo de México...
(Ésa no quería ser mi respuesta, pero mi escaso conocimiento del idioma apenas dio para expresar dichas palabras y justificarme a través de mi exotismo o, mejor dicho, el suyo desde unos ojos extranjeros).
-¡Ah! ¡México!
Muy entusiasmado acomodó sus lentes y, apoyándose en su bastón, lentamente empezó a enlistar:
-Guadalajara, Veracruz, Sierra Madre Oriental, Sierra Madre Occidental, Río Pánuco...
Lo interrumpí.
-¿Usted conoce México?
Encontró sus llaves.
-¡No! soy geógrafo.
Y desapareció por aquella puerta.

Amor prohibido

Todos los días que llego a casa un macho guapísimo me recibe con mucha alegría. Él corre hacia mí calle abajo, yo corro hacia él, lo abrazo y él me llena de besos por todos lados. Después de nuestras demostraciones de amor me deja oliendo igual de mal que él y llena de pelos.
Se llama napoleón y no sé que cuál sea su raza.
Llegó dos días antes de navidad a la casa y decidió acomodarse permanentemente bajo la jacaranda. Aunque el nuestro fue amor a primera vista, el sentido de higiene me obligó a correrlo. Estaba pulgoso y se rascaba. Además con Chía en casa era más que suficiente. Permaneció ahí frente a la casa por dos días, sin comida, sin agua. Para el tercer día Ani y yo pensamos "este perro se va a morir aquí enfrente de nosotros" y empezamos a alimentarlo. Estaba segura de que no era callejero porque no buscaba la comida por él solo, sin embargo sus pulgas y su aspecto desaliñado ninguna dejaban otra opción.
Lo mandé bañar pensando que tras el baño sufriría una transformación tipo betty la fea, o mejor aún, tal como las hijas del ogro en la película mexicana de Pulgarcito, quienes de mugrosas y morenas después de un poco de jabón y agua pasan a ser güeras y hermosas; sólo entonces me atrevería a adoptarlo. Pero no fue así...quedó igual de chirgo.
Más tarde una vecina generosa lo adoptó, cuando ya casi todos los demás habitantes de mi calle se habían encariñado con él y le habían dado algo de comer porque, al parecer, cae bien a todo el mundo, es de sangre ligera. Hoy napoleón tiene un hogar (aunque ande suelto todo el día siempre vuelve a dormir), está gordo y vive feliz con diferentes identidades: para los norteños del uno se hace llamar "borracho", para su madre adoptiva es "celestino" y yo siempre pienso en él, aunque rascuachito, como un emperador.


Hoy Chía y Napo se encontraron. Se olieron y se miraron entre las rejas con ojitos soñadores. Chía empezó a llorar como diciendo que quería salir a encontrarse con él. Obviamente no la saqué. Luego me sentí fatal. Pensé que Chía vivía un encierro parecido a de las hijas de Bernarda Alba. La cuido bien porque quiero que cuando regrese Ani la encuentre sana y salva. No la dejo salir sola ni al jardín de enfrente y no la dejo cruzar esa puerta que da a la calle a menos que traiga la cadena puesta; si se cruzara con algún pero tendría que ser labrador como ella. Así es, alguien de su misma clase. Espero que un día no cometa suicidio como la hija más pequeña de aquella obra de teatro, la que muere "virgen" (¿cómo se llamaba el personaje? ése que tan pobremente interpretaba Angélica Vale, ¿cómo se llamaba?) Mmm...eso me haría a mí Bernarda Alba y a mi madre la abuelita loca.
Qué cosas.

jueves, 3 de abril de 2008

empezando por el principio...

...y por ningún otro lado.
¡Oh sí! he decidido unirme a los bloggeros. Pero no por moda, sino por disciplina. Tal como lo leen mis queridos futuros lectores: necesito crearme una disciplina de trabajo y dentro de ésta está escribir con regularidad, aunque sea algo irrelevante (como todo en los demás blogs), aunque a nadie le importe y mi público cautivo se reduzca a madre y a cualquier otra víctima que por desorientada llegue a caer aquí. Necesito invocar a las palabras:

¡PALABRAAAS, a míííííííííí!


He dicho.